ACERCA DEL ESTUDIO DE LA RESISTENCIA DE LOS CUERPOS MATERIALES

Autores/as

  • LUIS J. LIMA

Resumen

Lo que Bermúdez de Castro afirma en forma genérica, se da también, por supuesto, en las ingenierías, donde dicho desfase puede tener consecuencias más que complejas, particularmente, en la ingeniería estructural. Ello se debe a que en una época en que —más allá de sus fuertes limitaciones intrínsecas— la computación parece no tener límites en su capacidad de afrontar nuevos problemas y de encarar los viejos con más detalle cada vez (las más de las veces innecesariamente), esta realidad evidente representa, en alguna medida, un grave problema, pues, por ese camino, se recurre a modelos matemáticos cada vez más complejos cuyo manejo conceptual requiere una formación teórica básica mucho más profunda y abarcadora. Esto no siempre —o, mejor dicho, casi nunca— ocurre: en buena medida porque no se les transmite adecuadamente a los ingenieros proyectistas de estructuras esta compleja circunstancia y los serios inconvenientes que esto les puede ocasionar en su vida profesional. Es demasiado frecuente que quien dispone de un programa de cálculo complejo lo opere sin tener, ni remotamente, la capacidad mínima imprescindible para hacerlo. Y así son los resultados que se obtienen.
Estas dos situaciones se resuelven con educación, profundizando la formación teórica, por un lado, a fin de ir formando recursos humanos que puedan comprender y manejar con solvencia modelos matemáticos complejos y, por otro, informando adecuadamente sobre cuál es la verdadera utilidad de los programas de computación destinados al estudio de los cuerpos materiales denominados estructuras resistentes, pues en tales casos, en general, son tan inconducentes los modelos demasiado elementales como los excesivamente complejos. El presente escrito busca colaborar en la solución del primero de estos problemas.
Para comenzar partiremos de la siguiente premisa insoslayable: el ingeniero debe poder encarar cualquier problema de su especialidad con papel y lápiz y, una vez hallada una solución aparentemente satisfactoria, recién entonces habrá de recurrir a la informática para afinar su solución. El camino nunca puede ser el inverso, al menos, si se pretende llegar a resultados tanto de utilidad pública cuanto ingenierilmente satisfactorios.

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Publicado

2023-09-18